jueves, 21 de junio de 2012

Caminantes previsibles

Siempre el mismo viaje, la misma lluvia
hacia la impostura tan común de los silvestres,
desandar el desamor.

Calzamos unas botas que pierden la memoria
y su compromiso con el único camino que conocen:
descarrilar y volver a pisar contracorriente,
retornar a las acequias y habitar navegando el tiempo
bajo un chaparrón que altera el aspecto de las cosas,
y sostienen una luciérnaga que cobije tanta soledad
gritando al borde del desagüe.

Botas que no saben pisar el mismo bosque
ni llevar destino alguno, ni acechar el aguacero
que nos cose las manos y los dientes
y nos duele tanto,
como cientos de alfileres en las suelas.

miércoles, 20 de junio de 2012

Trovas y añoranzas


Cada nuevo dogma que dibuja tu mirada
siempre es menos doloroso
por saberme gaviota,
por sentir la fragilidad de un cielo
sin línea de horizonte.

Desde el balcón inhabitado,
quiero masticarte con mis alas,
no se usar cuchillos, ni mis dientes sabrían
arranacarte la bondad que escondes.
Solo tejerte en mis pestañas sin premura,
tan solo,
cocinarte a fuego lento
a fuego musgo,
a fuego rama.

No voy a regalar mi llanto a nadie,
a nadie le debo la boca horadada y confusa
lanzada sobre el cemento de las voces,
ni estas manos quebradas con herrumbre
como el cáncer sobre la piel yerma,
labrada con palabras que son balas
de polvora suicida.

Cada trozo de estaño
con que me he rociado el gesto
es la seda que gotea en mis venas
y exprimo cada gota, tumbado en una duda
si acaricio algún desastre en desbandada,
o si me dejo rodar por cada beso que te espera,
por besos musgo,
por besos rama.

Te disculpo cada dia porque sé
que cicatriza un deseo encallado
cuando escucho como se pierde tu grito
del alcance de mis labios
y cuando me sacudo el polvo de este mundo,
de este pequeño corral sin sueños
que no sabe de saliva estéril
ni de sangre enamorada.

No nací amor para ser cauto,
ni cobarde amor,
amor,
ni si quiera mártir.

Hoy crecen garras por mis piernas
y bolsas llenas de recuerdos
que escapan de mi garganta
hacia esta muchedumbre dormida
que no entiende de cantares,
de cantares musgo,
de cantares rama.

domingo, 1 de abril de 2012

La mujer que habita mi tejado

Esa mujer que habita en mi tejado
ya no quiere bajar las escaleras,
ni viene a por mi sal, ni a por mi harina.
Tal vez ni se haya percatado
de mi postrado amor y compromiso.

¿Qué puedo hacer ahora?
Si de noche, da su voz a las estrellas.
Si las cóncavas baldosas de mi piso
sueñan ser la ambición de sus pisadas
y un húmedo remanso a sus goteras.
Si no atraca su barco en mi escombrera
y en el límite azul de mis pestañas
ya no atrapo marineros ni gaviotas.

¿Qué puedo hacer ahora?
Si un crepúsculo se amarra a mi cintura
y me duele su cuerpo en la azotea.
Si su nombre se empaña en los cristales
y la dulzura se quiebra en esta espera.
Si se tiñe de verde la inocencia
y en cada malograda bienvenida,
otro ángel muere debajo de sus suelas.

jueves, 29 de marzo de 2012

Imagíname

Imagina ese vacío, un socavón
que nadie habita y sin embargo,
el único rincón donde hallo flores.

Imagina como he vivido y aún sigo vivo
dando cuerda a dos relojes tan distintos;

uno se sujeta inmóvil en la espalda,
y me retrocede estéril hasta que estalle
esa bomba mortal que ha de llevarme;

el otro no para de moverse bajo el pecho,
no deja de medir,
la longitud de una lágrima o de un secreto
y me repite lo inmortal de sus minutos.

Imagina que no es cuestión del azar
esta pobreza de sentirme el culpable
de tu miedo y de mi mala fortuna.

Imagíname culpable,
de tener unos pies tan pequeños que no avanzan
y tardarán siglos en llegar a tu planeta,

de amarte,

de pensar que solo es cuestión de conversar
desde el extremo acantilado de una silla,

de este dolor que se cristaliza en mi pecho,

de escribir teoremas sobre las víctimas
que no logran salvarse en una guerra,

de aferrarme a un carta inventada,
o a la foto prestada de un cadáver,

de evitar morir en brazos del enemigo,
en cualquier abrazo, amable o asesino,
que no sea el tuyo.

Imagina que quiero decírtelo antes
de la inevitable caida de mi estribo,
antes de besar el lomo del anhelo
y sentir su sedal bajo mi cuerpo,
antes incluso de cualquier inicio,
antes de ti y de mi:

Imagina la infinita soledad,
si se sospecha que no hay acierto.
Si no sé si llegas,
si no sé si llego.

Imagina que ya te esperaba
sin saber de tu miedo,
y que eres cómplice y sonrisa
de este misterio suicida que me mata.

Imagina mis manos, mis ojos,
la juventud entera, la soberbia
de saber que mi voz es distinta del resto
porque recita tu nombre de memoria.

Imagíname susurrandote al oído,
y liberando las mariposas de tu boca
en esta primavera, veraz como estos versos,
que nunca te habría recitado,
si solo hubiesen sido imaginados.

viernes, 23 de marzo de 2012

Libera el tornado

Libera el tornado
si hubiera un planeta cercano
donde quepan tus pies y los míos,
y donde el cielo estrellado
sea un candil en tus manos.

Agita con rabia las olas,
y convierte el océano en nubes.
Deja que se pierda tu boca en la mía,
mas allá del sol que conocemos.

Libera la impaciencia de tocarte,
y las palomas que cubren mi pecho
me roben al fin aquel verso
que habla de mares menguantes,
aquel que se escribe con miedo,
con manos convulsas.

Liberame a tu lado
donde la vida mane del tejido generoso
de nuestras gargantas,
donde la caricia nunca se enrede
en el cabello de los cobardes,
donde ni palomas ni versos
ni oleajes.

lunes, 12 de marzo de 2012

Espectador de sonrisas

Curiosas geometrías
ponen rostro al pulso enamorado.
La cara más corriente
busca el tacto a lo que brilla
pero a veces solo basta
ser la sombra en media luna
con billete diurno a tu fachada.

Ser camaleón de capa transparente
sentado en el brocal de tu manzana.

A veces acampa en otra orilla
un anónimo relámpago
y con saberme innecesario
ya me sobran las caricias.
Sentado en esta silla
hoy solo quiero ser
festivo espectador de tu alegría.

martes, 6 de marzo de 2012

Lo titulo: Amor

Yo había pensado titularlo: “Amor”
y coser sus cuatro letras en los ojales ciegos
con que se viste un huérfano de la escritura.

Habitas con igual cadencia en mi latido.
Las bocas simétricas, simétricos los gestos
y cromáticos recuerdos en verde y negro.

Sobre mis voces de Marzo, tu gratitud.
Y yo, de puntillas,
abrazo mi vehemencia a tu costado.

Oculto siempre el gesto de sorpresa
si descubro tu adicción a mi sumario,
cuando agitas las nubes con mis letras.

Algún poeta, con verso enamorado,
llamará "Fidelidad" a este aguinaldo.
Yo, sin átomo de duda, ya lo he titulado.

lunes, 20 de febrero de 2012

Siempre que regresas

Algunas noches cuando regresas,
de nada sirven los brebajes de chamanes,
porque no hallo protección tras el escaparate
que revive el abrazo de dos inocentes.
Y cuanto menos deseo ser tu anfitrión
más araña una mano la hebilla de mis sienes.

Y vuelvo a dibujar tus huellas dactilares
sobre los arenales ocres de mi pecho
y te observo sobre el lecho que decoro
con virutas de antiguos atavíos.
Sigilosa, en la insonora habitación
donde el dedo marcial sobre unos labios
nos implora guardar silencio.

Regresas si no hay nubes ni estrellas,
porque alguien doblega los párpados
y cuando la puesta de sol es una agónica bombilla
que apenas parpadea en mi almohada.
Cuando cualquier luminiscencia
mana de la huída de tus ojos
y no brilla identidad bajo mi mueca.

Entonces caes de súbito en mis brazos,
y me veo lanzando otro puñado de tierra
sobre una sombra dormida,
y me escondo en la turba de la noche
corriendo hacia tus manos,
como esa polilla suicida que se refugia en la luz
para morir sin miedo.

martes, 7 de febrero de 2012

Bala-da de invierno

Tú elegiste mi asiento
en la clase turista,
y el destino de este viaje
hacia hexagonales plumas
de helada delicadeza.
Partenaire en la travesía
mientras no encuentres
la única palabra
que clame misionera,
la hoz de los trigales
y las espumas.

Palabra de basalto,
comienzos arquitectónicos
de regresos y partidas.
La que enseñe su quijada
si nos halla recitando
soliloquios tiránicos
y cobardicas:

"...Y lo mucho que me quieres,
y lo mucho que me pierdo,
lo mucho que te debo
y lo mucho que me dás..."

Palabra libertadora
que me señale polizón de guadaña,
fondo y retahíla en su intención
de morir vértice y arista del asfalto.
Y cambie mi butaca y mi ventana
si la detonas como última bala,
aquella que me invite en solitario,
a poner el rumbo hacia la antítesis
de tu camino.

jueves, 26 de enero de 2012

Indulgencias

Es porque te quiero,
que me vierto dócil
y redimo el verso que selle
cada línea del tiempo
exento de pólvora.

Y decoro la ceguera
con impolutas caricias
y urgente la libro
del verbo que grite y cincele
la primera herida.

Y remiendo palabras
suicidas de acantilados,
que amaron en estallidos
y fundieron roca y besos
para sentirse vivas.

Y porque sé que sonríes,
cuando brota de mi mano
la epicúrea ortografía
de benévolas palomas
que pudieron ser dragones.

viernes, 13 de enero de 2012

Escribana

Siempre que te leo, recuerdo tu mano
con la edad de acariciar raíces,
trenzada al colegio con otros niños
que imantan sueños y labran los patios
sobre cenizas de un ave fenix.

Hoy se zambulle en alargadas esfinges,
y enseña la honradez, redimida de guantes
que calan lágrimas en primavera.
La imagino ala, si en un tullido amanecer
dibuja labios, o uñas sobre pan mojado.

Siempre que te leo, se acerca una ola
empuñada hacia dentro, despegando
la oscura enagua que cubre el mármol.
Lloro cada palabra, o la río al horizonte,
nativa de la almadraba de tu mano.

martes, 10 de enero de 2012

Esperar a tu Abril

Esperar a tu Abril,
es hibernar los párpados,
cuando mis sueños recogen perlas,
metálicos leños y escamas de gusanos
en mallas de escarcha.

Despedir mi alergia a las humedades,
volar en una cometa sin bridas
hacia las estufas de verde propano
crepitando por escudillas de tiempo.

Repintar mis labios albinos
cansados de velarte inviernos,
llenar mi saco con versos
y con rojizas castañas.

Esculpir con musgo mi abrazo,
decorar una mesa con flores.
Es sonreir en suspiros,
la venidera eclosión de mis ojos
en el preludio a tu Primavera.

domingo, 8 de enero de 2012

Grito placebo

Quisiera gritarle
desde el vuelo del halcón,
pero reconozco el vértigo
y la afónica distancia.

Que sea solo un juego,
un vestido arrogante
y una voz agostada
de tambor sin decibelios:

Desea llegar a tu boca,
lo demás,
es coraza para anfibios.


Una voz,
con altiva desgana
me saluda en el espejo
y escucho a mi alter ego
con la toga del perplejo:

Desea resucitar tu latido,
el compás,
revolcándote en su cama.


Escuchar lo que jamás será,
como queriendo imitar
algún actor trasnochado
que mastica el fracaso:

Ella,
siempre te amará.