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domingo, 7 de diciembre de 2014

#66

El barquero quiso llevarle,
hasta esa mancha oceánica
de su piel cruda y deshojada.
Ella, le permitió probar el llanto
y su agridulce aliento a soledad.
El, le permitió matar el recuerdo
y convertirlo en leyenda.
No hay cima sin despeñadero
ni fuente donde una sabandija
encuentre tanta sangre potable,
como en la herida enamorada
de un corazón suicida.

domingo, 26 de octubre de 2014

#63

Ahora ya no sé,
si lo que quiero decirte
te resulte anodino.

Si ensayo en el espejo
y te declino otro discurso
tan grotesco,
hablando de labios y de besos,
de los planetas de tu piel,
las rosas que adivino.

Ahora ya no sé,
si me olvido
de rimas y de salmos.

Si te invoco sin el verso
y te retorno
en mediúmnico trayecto,
desde este universo conocido
hasta tu ignoto cosmos.

Si te mando un mensajero
taciturno,
con este atroz sainete
como urgente telegrama,
mi beso sin membrete
y sin aliento.

Ahora ya no sé
si me quedo sin la voz
contarte lo que siento.