jueves, 21 de abril de 2011

Y... me río


Al final del río
en la gruta de larvas
incandescente y ciega,
mi boca se muere cerrada,
con sus pies hinchados
en el despertar mendigo.

Después del gruñido,
me siento el labio roto
de una pelea inacabada,
el apéndice sin luz
de un cometa,
el zapato deshilado
en un balde vacío.

Y aún así me río
mutilado en victoria.
Sin armas,
me tiembla el alma
y callo.
No te dejo mi voz
para que juegues
a llorar mi indigencia.

No quise que pasara,
fue sólo este súbito frío
culpable de la pobreza
de llevar a mi cabeza,
atada en el misterio
que asesina en mis brazos,
tu húmeda guadaña.

Tu ya lo dijiste en alto:
"Ya no te amo"

Y aún así,
muriéndome por dentro:
"Me callo y me río..."