lunes, 4 de julio de 2011

Te faltará el tiempo


Hemos roto ya el amarre
del descuidado azar que nos faltaba
hasta posar nuestras aves en este mar
tan casual y complejo.
Pero es seguro
que te faltará el tiempo
para que conozcas palmo a palmo
mi armadura y su esqueleto.

Que llegues a sentir como te anidas
en mis manos y en lo más profundo
de este inútil todo que habita conmigo
debajo de mi piel y de mis huesos.

Tal vez yo lo tuve,
y podré decir que lo derroché a raudales
por sudar salarios y ahuyentarte enjambres.

Sé -aunque multiplique mis latidos-
que no te bañaras en todas las cascadas
de mis redes de océanos sanguíneos,
y no podrás leer el mensaje en sus corales
con las únicas vocales de tu nombre
ni descubrir con el pionero asombro
cómo se difrazan de tu imagen
sus orillas.

Y al fín, te faltará el tiempo cuando el fuego
me reclame desde hervor hasta cenizas.

Lloraré cada minúsculo átomo
que se quede sin ser acariciado.
Allí donde nunca me llegue a saludar
tu tiempo.