viernes, 25 de marzo de 2011

Falsedades


Como siempre,
nuestro músculo
despierta mudo.
Se ha vuelto a parar
y amanece,
sin paredes ni techos
en un espacio oscuro.

Yo busco herramientas
y te llamo a gritos.
Y acercas tu aliento
con un abrelatas.

Y como siempre
cada mañana,
te cuelgo el sol,
y tu pintas flores,
en falsas ventanas.

Jugamos
a imaginar colores
y falsificar sonidos,
a encontrar los besos
bajo las camas.

Un sol de 100 vatios
alumbra esta escena
y la hacemos nuestra.
Todo huele a nuevo
a pintura fresca.

Como siempre,
me mentiré y te mentirás,
lo sabemos,
que no somos relojeros
ni pintores ni colonos.
que ya nunca las bocas
se besarán.
Siempre lo supimos,
que nuestros latidos
funcionan con pilas
hechas en Taiwán.