viernes, 8 de octubre de 2010
Vigilia de amantes
El vigía que bebe de esta noche en vela,
vencedor y vencido quedé en tu contienda.
Hoy tu boca insomne se pegó a mis versos,
sellada y muda ahora, ya infiel a mis besos,
y en tregua de metrallas, por curvas y alabarda.
Reposa la guerrera, enfrente y cautiva.
Me clavo en tu figura, soñándote sudores.
Te miro al fin sumisa, inmóvil y dormida,
belleza conquistada por cien temblores,
que te ardieron, sin dolor y sin honores.
En medio de tus lunas brillan diamantes,
que fluyen por tus valles para regarlos,
son tímidos rocíos , triunfos amantes.
Belleza recostada, frontera de mi esquina,
desnuda y silenciosa con dulces heridas.
Ya presiento que acaba la nocturna vigilia,
viajarán sus estrellas al sol que despierta.
Levantemos amantes nuestras espadas
y dejemos al alba, soldados presos…
que prosiga de nuevo, nuestra batalla…
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