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La noche
aleja el latido,
el tuyo y el mío.
Bailando tan roja,
trémula y graciosa,
nos ha separado,
tu piel y mi boca,
la luz de una vela.
Se esconden tus ojos
detrás de la llama
y detrás de los tuyos,
se pierden los míos.
Simétrico espejo
de antorchas en fuga.
No, esta noche
invoca un demonio,
y yo ni te toco.
¡Ardan los cuerpos,
si quiera un poco!
La luz ya no brilla
se acaba la cera.
Ya vacío mi boca
de fuego y saliva.
Espejos en llamas,
licores en copas
y bocas de lava,
nos han apagado.
Dos amantes soles
de febriles sueños,
quedamos a oscuras.
Mueren ciegos besos
en labios tan fríos.