Ahora ya no sé,
si lo que quiero decirte
te resulte anodino.
Si ensayo en el espejo
y te declino otro discurso
tan grotesco,
hablando de labios y de besos,
de los planetas de tu piel,
las rosas que adivino.
Ahora ya no sé,
si me olvido
de rimas y de salmos.
Si te invoco sin el verso
y te retorno
en mediúmnico trayecto,
desde este universo conocido
hasta tu ignoto cosmos.
Si te mando un mensajero
taciturno,
con este atroz sainete
como urgente telegrama,
mi beso sin membrete
y sin aliento.
Ahora ya no sé
si me quedo sin la voz
contarte lo que siento.
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