lunes, 20 de febrero de 2012

Siempre que regresas

Algunas noches cuando regresas,
de nada sirven los brebajes de chamanes,
porque no hallo protección tras el escaparate
que revive el abrazo de dos inocentes.
Y cuanto menos deseo ser tu anfitrión
más araña una mano la hebilla de mis sienes.

Y vuelvo a dibujar tus huellas dactilares
sobre los arenales ocres de mi pecho
y te observo sobre el lecho que decoro
con virutas de antiguos atavíos.
Sigilosa, en la insonora habitación
donde el dedo marcial sobre unos labios
nos implora guardar silencio.

Regresas si no hay nubes ni estrellas,
porque alguien doblega los párpados
y cuando la puesta de sol es una agónica bombilla
que apenas parpadea en mi almohada.
Cuando cualquier luminiscencia
mana de la huída de tus ojos
y no brilla identidad bajo mi mueca.

Entonces caes de súbito en mis brazos,
y me veo lanzando otro puñado de tierra
sobre una sombra dormida,
y me escondo en la turba de la noche
corriendo hacia tus manos,
como esa polilla suicida que se refugia en la luz
para morir sin miedo.

3 comentarios:

Nená dijo...

Precioso Suso, precioso.
Beso,


Neni

ruma dijo...

Hello, Suso.

  Awe inspiring your works...
  It lets me feel warmth with the humanity.

  Thank you for your usual visit and heart.
  The prayer for all peace.

Have a good weekend. From Japan, ruma ❃

Suso dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.