He leído en tu mirada,
el paisaje
que devuelve
viento
a la quietud
de nuestras bocas;
y un antojo,
como piel de manzana
que invita
al primer mordisco.
[La Juventud…
Con lozano empeño
me pongo a la faena,
empezando a renovar
los estantes de mi pecho,
y a deshacerme de todo
lo caduco,
a regalar mi pasado
a quien nunca lo tuvo:
Toma este velero,
que aún su botella
conserva el olor del mar,
renace]
Ocupo cada repisa
con latidos amarillos
y una mesa de caricias
a la que regresar
hambrientos.
He leído en tu mirada
una sonrisa,
y yo,
te dibujo la mía
junto a los frutos rojos
de primavera,
con un poema.
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