Y aprieto los labios
en la superficie más rugosa
del secreto.
Sólo veo luz y emociones
que llaman por su nombre
cada estrella de la noche.
Y al fondo, una masa
con nieve en sus umbrales
me muerde el alma con su látigo
de claridad templada.
Y sólo hay luz,
tras las sombras de la hoguera.
Y antes de cualquier beso,
antes incluso de cualquier fondo
respira tu aliento,
para detener a todo Dios
y a todo Mundo.
Y sólo queda el movimiento
de una sigilosa lágrima,
que cae sumisa al misterio
hecho imagen.
Sonríe cada grano del enfoque,
con que acunas al recuerdo
entre tus ojos.
Y no se que decirte
cuando te debo el favor,
de permitirme llorar
ante la quietud de tanta belleza.
1 comentario:
Preciso y precioso.
Mua.
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