martes, 15 de marzo de 2011

La amarilla esperanza (Kiiro kibō)


En ciento ochenta segundos
se deshicieron tus pies
y un relámpago de agua
solo un instante después,
anegó tu voz y tu cuerpo.

Se ahogó tu voz
con la frágil afonía de la irónica burla
escupiendo a puñados la sal tras su rezo,
pero volverá a secarse
con el cántico
de tus ancestrales templos.

Puedo entender
que tu pupila apaisada
no empatice con el llanto,
porque nunca podrá ahogar
ningún temblor infinito
tu imperial esperanza.

Se ahogó tu cuerpo
oculto al temor de una nube de cenizas
huyendo del polvo gris de las estrellas,
pero volverá a secarse
con el cálido abrazo
de un nuevo sol naciente.

Japón, 11 de Marzo de 2.011

2 comentarios:

Eva R. Picazo dijo...

Bravo!
Japòn llora...
Lloramos...
Beso!

Suso dijo...

Si, lloramos...
Me sobrecoge la serenidad y la esperanza del pueblo japonés.Son ejemplares... hasta en el dolor.
Muchas gracias por posarte entre mis soliloquios.
Un beso Eva