Me sentiría adúltero
si os hablara
de lo oscuro de la soledad
porque hoy la amo,
como creo en la libertad,
o en mi visceral odio
a convivir en celdas
con seres débiles
que retrasen mi conciencia
de enamorado.
Es una broma de mal gusto,
sentir plenitud en su vacío
sin nadie que grite
al conferir limosna,
y otorgando afrentas
con vagos consejos
de vidas plenas.
Es una burda chanza,
andar caminos de greda virgen
sin el abrigo de sus manos,
ni el rumor de las alcantarillas,
ni nubes de sucias chimeneas,
ni arenas de ladrillos
donde poder inventarme,
sin su compañía y libertado.
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