Persigo la voz en otras lluvias,
tan débiles y escasas,
como gotas de polvo
en mudas gargantas.
Son lluvias aclaradas
con el soluble e insípido vacío,
que ni ensucia ni limpia
mi decolorada camisa.
Son la negación de la doctrina
en un alma enamorada.
Son la nada perseguida
por cien tiernas nubecitas;
que las convocan balando,
con la misma nadería,
con que repta este bostezo.
tan débiles y escasas,
como gotas de polvo
en mudas gargantas.
Son lluvias aclaradas
con el soluble e insípido vacío,
que ni ensucia ni limpia
mi decolorada camisa.
Son la negación de la doctrina
en un alma enamorada.
Son la nada perseguida
por cien tiernas nubecitas;
que las convocan balando,
con la misma nadería,
con que repta este bostezo.
2 comentarios:
Jaja Tú hagas lo que hagas, escribas lo que escribas, nunca serás un semoviente, así que eso de balar no será un sonido tuyo. Retén el balido de aquellos que no conocen otro runrún -aunque sea por ampliar voces-.
Mua,
la Neni
Cómo afina la Neni...... un placer entender en unísono de balidos y de tormentas.
Beso en do menor sostenido.
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