domingo, 24 de abril de 2011
Perdóname
Perdóname
por arrancarme la savia
en tu callada herida.
Por colarme sigiloso
en la curva de tu espalda
y mutarme en su llanto.
Por querer ser jardinero
y recoger los rastrojos
que otros lanzan
en el valle de tu tallo.
Pero mi cometa
no sabe de vientos
y regresa.
Regresa siempre
a besarte en la espina
que me duele.
No puedo evitar
disolverme en tu lágrima
y soñarte dentro de ella.
Perdóname por amarte
y calcinarme en tus suspiros
de papel mojado.
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