domingo, 1 de mayo de 2011

Espejos rotos


Has vuelto a hacerlo,
¿Verdad?

Debes saber,
que no pienso recoger tu lluvia de cristales.

Hoy voy a permitir,
que nos hiera el frío en la ventana.
Esa que tan nerviosa ocultas
rasgada en sus añicos.
Esa que nos llueve desde el polo,
donde vive el desamor
en su mar de hielo.

Has comido de las zarzas,
boreales y asesinas,
las que ya nunca regamos.

Y aún afilas tus dientes
con sus congeladas raspas.

Pero lo debes saber,
que mis estrellas digieren las espinas en su ocaso
y ya no sangro de su lodo.

Ni lavo mis pies con su veneno.
Ni estallo.
Ni corro.
Ni lloro.

Tú lo sabes y yo lo sé.
Lo has vuelto a hacer
y a mi,
me cicatriza aún más,
nuestra compartida bóveda
con sus espejos rotos.