miércoles, 26 de febrero de 2014

Libertades


Me sentiría adúltero
si os hablara
de lo oscuro de la soledad
porque hoy la amo,

como creo en la libertad,
o en mi visceral odio
a convivir en celdas
con seres débiles
que retrasen mi conciencia
de enamorado.

Es una broma de mal gusto,
sentir plenitud en su vacío
sin nadie que grite
al conferir limosna,
y otorgando afrentas
con vagos consejos
de vidas plenas.

Es una burda chanza,
andar caminos de greda virgen
sin el abrigo de sus manos,
ni el rumor de las alcantarillas,
ni nubes de sucias chimeneas,
ni arenas de ladrillos
donde poder inventarme,
sin su compañía y libertado.

lunes, 3 de febrero de 2014

#49

Le midieron todo,
sus ojos , sus manos
su nariz y su lengua,
sin embargo,
se fueron sumando los pasos
sin hablar de la belleza
de la risa, del tibio aceite
de su guiño,
ni del brillo de una gota de rocío
en su cabello castaño.
-     ¿Cuánto soy? – Les preguntó
mientras sonreía con el vuelo
de una bandada de pájaros.  
-     Muy poco  - le dijeron,
mientras cruzaban con indiferencia,
su puerta.

Estar loco, le daba la confianza
para escribir distinto y
tachar todo aquello que se extiende
y se multiplica.
Las matemáticas suicidan
los meses de invierno,
pero lo finito de su afinada pluma
nunca sucumbe,
a lo eterno.

Prefiere
quedarse recogiendo los colores
de la hierba a sumar los tallos
y oír sus tintineos a dividir estrellas.
El, sabe Amar lo que se le antoja
sin mirar el precio, ni se deslumbra
con esa marca de moda,
en la etiqueta.

Es otra hoja sencilla,
otra más
que resistió al otoño
luciendo en su árbol,
con la dignidad virgen
y el vuelo hambriento.

Mientras, las hojas,
las de ellos…
Seguirán siendo sumas,
sin  saber de ese otro frío
con que se escribe en Enero.

#46

Cualquier amanecer...

Veré un perro acercarse
con trozos de mi cuerpo
entre sus dientes,
y ojos de victoria.

Cualquier amanecer…

Te dejaré poemas
con olas llenas
de restos de plástico,
cadáveres anónimos
en orillas salvajes,
sin huellas

y te mandaré abrazos,
como gotas de fuego
en tormentas de invierno,
alimento asesino
de campos hambrientos,
sin consuelo.

Mi pasajera aventura
por este teatro de mudos,
es seguir cantándote
bajo los relámpagos
de mis cotidianas auroras.
Desafinándote versos,
amándote…
Efímeras tentaciones
que morirán sin remedio.

domingo, 2 de febrero de 2014

#43

He leído en tu mirada,
el paisaje
que devuelve
viento
a la quietud
de nuestras bocas;
y un antojo,
como piel de manzana
que invita
al primer mordisco.
[La Juventud…

Con lozano empeño
me pongo a la faena,
empezando a renovar
los estantes de mi pecho,
y a deshacerme de todo
lo caduco,
a regalar mi pasado
a quien nunca lo tuvo:

Toma este velero,
que aún su botella
conserva el olor del mar,
renace]

Ocupo cada repisa
con latidos amarillos
y una mesa de caricias
a la que regresar
hambrientos.

He leído en tu mirada
una sonrisa,
y yo,
te dibujo la mía
junto a los frutos rojos
de primavera,
con un poema.

Castidad

El piensa
que todo empieza, cuando acaricia una cintura
en el vaho del cristal, con la punta del silencio.

Cuando escucha un gemido que no es suyo
el último día gris, que guarda en el armario.

Cuando cumple con el amor para endurecer su alma,
como un soldado que goza matando sombras
y llora al pensar que puede morir sin su armadura.

Cree que empieza cuando nace un muerto
y al fin, la penitente carcajada
tras el trueno en los muelles de su cama
y el hambre de su boca en los pliegues de una colcha,
sin mancha de carmines ni cabellos.

Que solo amanece, cuando respira el olor
de la tierra preñada por su volátil esperma
y ha de regresar sin los riesgos del infarto
avivando pulsaciones en la savia yerma.

El no sabe que todo acaba… si,
por seguir vivo, sin la intuición, la intención,
de que el amor exista fuera del abrigo de su mano,
y no conozca, ese invisible fantasma
con hábitos de sacristía y alzacuellos.

sábado, 1 de febrero de 2014

Soneto al desengaño

Y ahora, rézale a tu ángel custodio, 
que no te queda un euro en la cartera
y no has vuelto a reír en primavera,  
pues su semilla de amor era de odio.

Creíste que su triunfo era ese podio
donde apoyar tus sueños en hilera
y sus versos ondeando la bandera,
tu poesía del épico episodio.

Votaste a Rajoy, ese innombrable,
que nos lanza promesas de mentira
con su cara de imbécil amigable.

Y ahora, que tu libertad expira
y su destrucción, algo memorable,

quítate ya la venda memo... !Y mira!