jueves, 24 de febrero de 2011

Jacobina Sumisión


Te olvidaste
de cada sueño pendiente,
casi al filo de ser ejecutado.
De cada libro que cerraste
y de tu novela inacabada.

No te reconozco,
no eres tú,
alzas el puño de otro.

Ya no eres libre.
Te golpeó su bandera
y corriste a arriar la tuya
para dejarla enterrada.

Cargaste los anhelos ancestrales
y mataste a los únicos profetas
que siempre te libraban de la guerra.
Aquellos que nunca te dolieron.
Aquellos que besaban con tu venda,
las heridas de cada combatiente.

Su Biblia derramó tus mandamientos,
y aprendieron el camino hacia su casa.
El poema que sale por tu boca
es su lluvia machacona e infinita.
Ya repites en tus salmos y oraciones,
fieles copias de todos sus renglones.

Ya quedaste
desnudo ante tu foro,
oculto tras su voz
de gobernante.

Dejaste de ser tú,
solo eres,
una más de sus canciones.
Ya vi ahogarse,
tu boca en su pantano

domingo, 20 de febrero de 2011

In veritate libertas


Solo una cerilla,
fumiga tu mirada
el cancer del engaño.

Fugaz sencillez,
tan aproximada
a la respuesta exacta.

No cantas la estrofa,
que nunca resuelve
la verdadera certeza.

Diáfanos y sonoros,
se mecen tus tacones
en su vocal trasparencia.

Con celaje de lluvias,
brota el carmín en racimos,
de tu boca hasta mis labios.

Ya jamás dudaré
si en el instante de inicio,
mi boca, ganó tus besos.

Y te doy la gracias,
por regalar el epílogo a mi libro,
tan al borde, tan sin avisos.

lunes, 14 de febrero de 2011

Etermistad


Nada tuyo muere.
Tu plétora de soles
se anida por mi boca
y guian mi latido,
tus cantos inmortales.

Sedentario en mi piel,
todo se conserva exacto.
Plenitud desde el inicio,
que no ensucia mi reloj
ni un leve olvido.

Cómplice de lo eterno,
me traes el abrazo
que nunca erosiona.
Tatuador de planetas
con indeleble trazo.

Cuantas veces anduvo
mi pie en tu zapato.
Zancada tan fiel,
a mi cómplice paso
polizón del camino.

Vivan ya mis canas
libres a tu viento.
Mueran ya pegados
eternas sus cenizas,
mi cuerpo en tu camisa.

Y seguiran latiendo,
inmunes a la amnesia.

Un abrazo, Negro. 13 de Febrero

viernes, 11 de febrero de 2011

Pecados banales


Estoy atento

Ya me encierro,
en mi acostumbrado pupilaje
prematuro a tus insultos.

Banalidades que me sangran,
por cuchilladas de esos fieles
que siempre me adularon.

Aléjame de los círculos con voces.
De mis corrales de sombras
clonadas y admiradoras.

Calla los ecos del patio de peleles,
que repiten y que sueñan su Verdad,
pendientes al etéreo humo de mi boca.

¿Lo ves?,
eres tu quien ha de ser.

Repíteme una y mil veces.
Mil y una veces más,
que soy un imbécil.

Recuérdame que me cubra
en el sudario que oculte tu alimento.
Dímelo hoy, una vez tan solo.
Vomítalo con tu lengua lapidaria.

Estaré atento
a tu amor con penitencia.

miércoles, 9 de febrero de 2011

Tu siesta


Tan amable
en tu reposo breve
de aire comprimido
y leve.

Plácida calma de festines
en la mesa de mis sueños
y en tu lecho.
Lineal y eterna cordillera
rectilínea y compleja,
deseado paisaje caballero.

Amabilidad tumbada
en oquedades húmedas
y grutas sedientas
de mi siembra.

Compleja quietud,
que acaricia sin ruido
en mi garganta
y mantiene los relojes
despiertos en tu pecho.
Cauta y apresurada
carcelera de miradas.

Amable mi calma
entre suspiros que anhelan
tu quietud
y a la vez brotan,
alertas al bostezo
de tu alargada piel.

En el letargo diosa,
tan bella en la penumbra,
de un olvidado sol,
de sobremesa.

martes, 8 de febrero de 2011

Precisiones


Ayer
Pensabas que te colabas
por los pliegues de mi boca,
para traducirme lo invisible.
Que ya tus pies pisaban la hierba,
que escala por la pared oculta
de mi casa.

Gritabas el testimonio urgente
para lucir en tu boca sin semillas,
la certeza de conocer al jardinero.
Que tu verbo ya respondió al diario,
guardado bajo llave en algún cajón
de mi escritorio.

Soñabas que empañabas mi ventana
con tu aliento desnudo y sin visillo
y mirabas perdiéndote hacia dentro.
Que ya dibujaste caricias protectoras,
mientras silbas amigable el nombre
de mi perro.

Creías que habías encontrado
tan distinto a todos los que viste,
el misterio voraz de enamorada.
Que eras ya la tinta que conquista,
que muta y que alimenta las líneas
de mis mapas

Conversaste con tus dudas
y ya las otorgaste mi voz
y sus respuestas.

Hoy
Te desvelo sin ser invitado,
que tus dudas aciertan,
que son tuyos mi voz, mi casa
mi escritorio, mi perro
y mis mapas.

Siempre
Ocupó tu nombre,
todo el infinito que habita,
entre mi corazón y mi cabeza.

sábado, 5 de febrero de 2011

Quietud


Nada cambia hoy.
Me rememoro,
tragando los dados
de jugar a ser viento.
No asciendo del suelo
ni aún, de mi asiento.

Mi reloj sigue yermo.
La quietud colgando
de su esfera vacía
de estático péndulo.
Cautivo entre cuentos
cubiertos de polvo.

¿Qué hay de distinto?
Si tu tiempo no es mío,
Si granizan segundos
por los pasos de otros.
Si bebo en mi sombrero
apoyado en su sombra.

Nada cambia hoy.
No te doy la espalda,
te miro de frente,
pero cada sorbo
ya te has alejado.
Dejaste tu olvido
apoyado en mis piernas.