viernes, 21 de enero de 2011

Naturaleza muerta


Todo muere,
se muere mi piel,
y mis zapatos pierden sus pies
en el camino.
Mi ropa se sacude los huesos usados,
blancos y limpios,
de un cuerpo que no tuvo dueño,
porque nunca fue mío.
Termina la espera
buscando países, dioses, relojes, amigos...
a tí, a la omisión de la vida.
Muere el alma que no sobrevive
a tanta inexistencia.
Termina el camino,
como termina el río
en la nada marina,
sin corales ni peces.
El tiempo es el espacio vacío,
entre dos puntos muertos.
Y la vida...
la línea recta, sin finales, ni inicios,
ni avances, ni gestas,
ni surcados ríos.
Todo muere a mi lado
y tú, tambien...
tú te mueres conmigo.